Las niñas, niños y adolescentes migrantes están expuestos a diferentes situaciones que pueden vulnerar sus derechos humanos, esto se traduce en dificultades para acceder a educación, salud, vivienda e incluso alimentos. Claro está que todos estos obstáculos afectan a su calidad de vida y a su desarrollo integral como personas.
Según datos del Gobierno de México, durante 2022 se registró un total de 70 mil 019 menores de edad en situación migratoria irregular, desde y en tránsito por México, principalmente de países de Centroamérica.
Del total, 30 mil 781 fueron mujeres y 39 mil 238 hombres. Del conjunto de casos, el 81.5 % viajaron acompañados y el restante 18.5% se movieron sin acompañamiento.
Pero estas personas son mucho más que cifras. Por ello destacamos que estas niñas y niños enfrentan una serie de desafíos, desde la separación de sus familias y amigos, hasta la falta de acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica.
Si bien existe legislación que garantiza la protección y restitución de los derechos de las infancias migrantes, al mismo tiempo que se consideran las diferentes obligaciones de las autoridades gubernamentales, las condiciones en las que viajan muchos niños, niñas y adolescentes continúa siendo preocupante. Por ello se hace necesario que autoridades, organizaciones no gubernamentales y sociedad en general asuman un fuerte compromiso desde los lugares que ocupan –y con las responsabilidades que a cada actor le conciernen- para promover una vida digna y sin discriminación de las infancias migrantes.
Es fundamental que tanto el gobierno como la sociedad civil continúen trabajando para garantizar los derechos y la protección de la niñez migrante y las personas en situación de migración y refugio. Es importante recordar que detrás de estas estadísticas hay historias de vida y sueños que merecen ser escuchados y atendidos.
Desde Scalabrinianas: Misión con Migrantes y Refugiados -SMR– promovemos: No importa quiénes son, dónde están, de dónde vienen o a dónde van. Todos los niños, niñas y adolescentes tienen los mismos derechos y deben tener las mismas oportunidades.